El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró el martes que su gobierno está "completamente" al tanto de la existencia de bases de misiles de Corea del Norte presentadas como secretas en un estudio reciente, e insistió en que la actividad es "normal".
"Estamos completamente al tanto de los sitios en discusión, nada nuevo, y nada que esté pasando fuera de lo normal", tuiteó Trump, quien busca una segunda cumbre con el líder norcoreano Kim Jong Un para tratar la desnuclearización de la península coreana.
"¡Seré el primero en avisarles si las cosas van mal!", añadió.
Investigadores del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS en inglés), un prominente centro de análisis de Washington, dijeron que imágenes satelitales habían detectado 13 bases de misiles no declaradas por Corea del Norte.
Las bases pueden usarse para ocultar misiles móviles con capacidad nuclear, señaló el reporte, advirtiendo que Corea del Norte podría preservar esas bases y su capacidad de ataque, incluso mientras negocia con Trump un eventual acuerdo de desnuclearización que podría ser histórico.
Trump calificó de "inexacta" y de "noticias falsas" la información publicada por el diario The New York Times al respecto.
Corea del Sur también minimizó el estudio del CSIS y dijo que esas bases se conocían desde hacía años.
Kim Eui-kyeom, portavoz del presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, desestimó que Corea del Norte esté mintiendo, ya que Pyongyang nunca había prometido deshacerse de misiles de corto alcance.
El informe del CSIS dijo que las bases están ubicadas por toda Corea del Norte, a veces en estrechos valles montañosos, lo cual permitiría lanzar ataques rápidamente.
- "Mal acuerdo" -
El experto de CSIS Victor Cha, principal asesor del expresidente George W. Bush en este tema, dijo que el informe subraya el riesgo de que Trump acepte un "mal acuerdo", en el que Corea del Norte desmantele solo su infraestructura de armas más visible.
Trump se declaró "enamorado" de Kim después de la primera cumbre entre ambos en junio en Singapur.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, visitó Corea del Norte cuatro veces este año con la esperanza de preparar un acuerdo, en el cual Estados Unidos podría declarar formalmente el fin de la Guerra de Corea de 1950-53, un viejo objetivo del régimen dinástico de Kim, que busca permenecer en el poder.
Trump dijo en una conferencia de prensa la semana pasada que esperaba reunirse a principios del próximo año con Kim, pero recalcó que no tenía "ninguna prisa" para negociar, luego de que una delegación de alto nivel canceló abruptamente una reunión prevista con Pompeo en Nueva York.
Pyongyang se jactó de su capacidad misilística y aseguró que puede alcanzar con ellos el territorio continental de Estados Unidos, aunque muchos expertos son escépticos.
Pero nadie duda de que Corea del Norte podría atacar rápidamente a Corea del Sur, incluida su capital Seúl, y a Japón en caso de crisis.
Corea del Norte tiene misiles de mediano alcance desplegados a unos 90 a 150km de la zona desmilitarizada que divide la península coreana.